Franklin Mejías, un niño caraqueño del sector la Candelaria, cumplió uno de sus más grandes sueños: viajar a Florida para conocer Disney World. A los pocos días ese sueño se convirtió en una pesadilla. Las condiciones del entorno provocaron que una bacteria atacara su cuerpo, al punto de causar una necrosis múltiple. El pequeño Franklin libraba una batalla entre la vida y la muerte. No entendía lo que sucedía, pero sentía las energías, las miradas entre los médicos y sus padres, algo no estaba bien. Corría el año 2011 y tenía 12 años. Estaba en Florida (EE. UU.), en donde le diagnosticaron una meningitis bacteriana que le ocasionó la necrosis múltiple en sus cuatro extremidades.
Los médicos lo intentaron, pero no tuvieron otra opción para que Franklin pudiera seguir con vida y tuvieron que amputar sus extremidades superiores e inferiores. De pronto, Franklin se quedó sin manos y sin piernas en un viaje que se suponía era motivo de celebración.
Franklin de supo de la inminencia de la amputación de sus extremidades cuando vio a su padre llorando en el hospital en el que se encontraba internado en Florida. Estuvo casi 16 días en coma, luego de múltiples operaciones.
«Fue en ese momento cuando le dije a mi papá que no pasaría nada, que sería fuerte y que lucharía. Ahí fue cuando los médicos me dijeron cuál sería el plan a seguir, qué día me iban a amputar y todo lo que seguiría. Lo acepté, que es lo más importante. Desde pequeño he sido una persona de mucha fe y aunque otros no veían el potencial de lo que me estaba pasando, yo sí lo veía. Supe tener conciencia del momento, a pesar de todo».
13 años después de transitar un proceso de aceptación y de crecimiento integral, tras asumir un cambio radical en su cuerpo, Franklin, con sus prótesis de titanio, pasea de nuevo por las calles del mundo. Ya no es el niño que se fue a Estados Unidos en un viaje de vacaciones. Es un joven que, asegura, quiere compartir su historia de superación con todas las personas que lo vean y se interesen en saber más sobre su vida. Franklin está convencido de que su propósito es motivar e inspirar con su historia.
«Mi vida cambió. Fue un momento bastante caótico, pero a partir de ahí nació un propósito de vida demasiado bello, maravilloso, que tengo hoy en día gracias a Dios yo considero un legado al que le he sumado logro tras logro»
Hoy, a sus 24 años, Franklin Mejías es conferencista y motivador. Es también autor de los libros “Más allá de mis manos” y “Más allá de mis pasos”, en los que relata su historia y divulga su mensaje inspirador.